Pautas naturales en la retención de líquidos

Publicado en15/07/2018 Por
La retención de líquidos se caracteriza por una sensación de pesadez, hinchazón de manos y pies, calambres, rigidez en las articulaciones, entre otros síntomas. El agua se encuentra distribuida en diferentes compartimentos: el líquido que encontramos dentro de las células o líquidos intracelular y el que está fuera de las células o extracelular. El cuerpo cuenta con sistemas que regulan y mantienen en equilibrio los niveles de agua y solutos en los diferentes compartimentos,  pero cuando este equilibrio se rompe se puede producir lo que llamamos retención de líquidos. Una sobrecarga de toxinas, obstrucción capilar o formación de depósitos de sustancias, origina un aumento anormal del volumen del líquido intersticial (el que baña las células). Este fenómeno es más común en las mujeres debido a la participación hormonal en el sistema circulatorio y a la formación de tejido celulítico. También se halla influenciado por otros factores como una vida sedentaria, el estrés, el clima, la dieta con ingesta excesiva de sal, o la toma de ciertos medicamentos como los corticoides. Cuando observamos estos síntomas descritos debemos consultar a un médico, de preferencia integrativo,  ya que la valoración en conjunto de todo el organismo permitirá  diagnosticar el origen de esta patología y así mediante una historia clínica completa podrá prescribir una medicación lo más biológica posible (fitoterapia, suplementos, acupuntura…) que se adapte a cada caso en particular.  

Algunas pautas preventivas que pueden mejorar la sintomatología son:

  • Tomar una cantidad de agua diaria (2 litros) para que se establezca un flujo adecuado de los líquidos orgánicos y se obtenga un efecto de arrastre sobre las toxinas y estancamientos del medio intercelular.
  • Reducir el consumo de sal, ya que esta ejerce un efecto osmótico de retención hídrica. Hay que evitar las comidas procesadas, aperitivos salados y otros alimentos con alto contenido en sodio.
  • Dieta con fruta y verduras, cereales integrales y alimentos con fibra, que facilitan la circulación del agua. Consumir una porción adecuada de proteínas diarias, ya que si falta la a albumina puede producir retención de líquidos. Así mismo hay que ver que tengamos suficiente calcio, magnesio y vitaminas del grupo B.
  • Evitar la toma de diuréticos, a menos que sea por prescripción facultativa, ya que pueden producir una retención de sales y agua por medio de un cambio en ciertas hormonas.
  • Realizar un ejercicio físico adecuado semanalmente y diariamente tener en cuenta levantarse de la silla al menos una vez cada hora. El descanso nocturno adecuado es muy importante para el equilibrio del agua corporal.
 

Encontramos varias plantas que pueden ayudar a evitar las molestias ocasionadas por la retención de líquidos, comentaremos las más utilizadas y también las mas documentadas.

  • Ortosifón (Ortosiphon stamineus) o Té de Java

En su composición encontramos ácidosorgánicos, saponinas, una pequeña cantidad de aceite esencial y alcoholes triterpénicos, especialmente el ortosifonol. Destaca el contenido de hasta un 12% minerales, especialmente sales de potasio (3%). Las infusiones de ortosifón estimulan la diuresis en general, por lo que se le considera un gran depurativo. Incrementala eliminación de agua y la excreción de cloruro de sodio y ácido úrico. También activa la formación y eliminación de bilis ejerciendo un efecto hepatoprotector, incluyéndola en algunos remedios para tratar los cálculos de la vesícula.  
  • Abedul (Betula alba, B. pendula)

Sus hojas contienen flavonoides y derivados triterpénicos, como la betulina, principal responsable de las propiedades medicinales. Además encontramos sales potásicas,  aceite esencial, taninos, saponinas y lignanos. Presenta una acción diurética, utilizada en la mayoría de fórmulas para tratar la retención de líquidos y celulitis. Por el efecto de arrastre previene la formación de arenillas y cálculos de las vías urinarias. Coadyuvante en el tratamiento de infecciones urinarias y molestias reumáticas. Popularmente se utiliza para la limpieza y cicatrización de heridas. El uso adecuado de las hojas no suele presentar toxicidad.  
  • Cola de caballo (Equisetum arvense)

Es una planta muy rica en sales minerales, especialmente sales silícicas (5-10% del peso seco). También contiene flavonoides, esteroles y ácidos fenólicos. Además de su acción remineralizante,  la cola de caballo es un excelente diurético y un gran hemostático. La acción más notable de esta planta es la diurética, producida por su riqueza en sales potásicas y derivados flavónicos. Está especialmente indicada en casos de reumatismo, osteoporosis, tendinitis o gota. Si queremos aprovechar el efecto diurético la prepararemos en infusión, mientras que si nos interesa que ejerza su acción remineralizante debe hervir entre 7 y 10 minutos. A nivel tópico produce un efecto astringente, hemostático y cicatrizante.  
  • Diente de león (Taraxacum officinale)

En su composición encontramos principios amargos, alcoholes, azúcares,  flavonoides e incluso en las hojas encontramos pequeñas cantidades de aminoácidos. El diente de león es un tónico amargo, ejerce una acción sobre el hígado y la vesícula, puede doblar la secreción de bilis a la vez que es un excelente diurético y depurativo  debido a un estimulo inespecífico del metabolismo que podría deberse a los enzimas vegetales que contiene. Un gran depurativo, un excelente drenante que actúa tanto protegiendo la función hepática como la función renal.
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