Aceites macerados: ¡Puedes prepararlos en casa!

Publicado en16/06/2021
Los aceites macerados se caracterizan por aunar las propiedades con los que se elaboran. Por un lado, se aprovecha la acción emoliente (suavizante) del aceite básico (almendras, dulces, oliva, sésamo, etc.) y por otro, las propiedades específicas de cada una de las plantas medicinales elegidas.

¿Cómo se elaboran los aceites macerados?

La preparación de los macerados es muy sencilla. Tal y como nos indica el botánico catalán Pio Font i Quer autor del “Dioscórides renovado”:

- Escogemos la planta que queremos macerar. Debe estar seca, en caso que sea fresca la secamos en un lugar oscuro y ventilado, colgada boca abajo. Seleccionamos la parte que nos interese (flores, hojas, corteza…) y la colocamos en un tarro de cristal. La cantidad aproximada son 100g de planta seca por cada litro de macerado.
- La cubrimos totalmente con el aceite, asegurándonos que no queda ninguna parte fuera porque podría crear moho.
- Cerramos el tarro herméticamente y lo dejamos en un lugar fresco durante cuarenta días, removiendo cada día la botella de forma suave, evitando la exposición directa del sol y de fuentes de calor.
- Pasado este tiempo lo filtramos con una tela fina en frascos ámbar debidamente identificados con el nombre del preparado y la fecha de elaboración.
- Ya lo tenemos listo para utilizar.

Os proponemos algunos aceites macerados de uso muy común para uso tópico, pero podéis preparar las mezclas que prefiráis:

Aceite de Árnica

La Árnica (Arnica montana) es una planta originaria de Europa que crece silvestre en la alta montaña. Está en peligro de extinción y su recolección está prohibida en muchos países. Debe obtenerse de campos de cultivo o plantaciones particulares. Las flores son de un color amarillo anaranjado y se le atribuyen propiedades analgésicas, rubefacientes, antiinflamatorias, antibacterianas, antifúngicas y cicatrizantes.
Desde la antigüedad se ha utilizado por los pueblos de las montañas para aliviar el dolor producido por golpes o caídas. Es un remedio que no debería faltar en nuestro botiquín de primeros auxilios. Siempre por vía tópica, está indicada para el tratamiento de hematomas, esguinces e inflamación. Alivia dolores musculares y articulares, contusiones, torceduras y golpes. No debe aplicarse sobre heridas abiertas.

Aceite de Alcamae

El Alcamae (Alkanna tinctoria), raíz del Traidor o Palomilla de Tintes, pertenece a la familia de las Boragináceas, presenta pequeñas flores violáceas. Su raíz ya era empleada en la época medieval de los druidas para curar heridas, pero fue prohibida porque teñía el agua del color de la sangre. El oleomacerado tiene un efecto hidratante y promueve la renovación celular.
Tiene propiedades astringentes y emolientes. Indicado para problemas de la piel, cicatrización de las heridas, psoriasis y para el tratamiento de quemaduras. Ayuda a atenuar estrías. Dada su coloración y al ser un producto suave y no irritante, se ha utilizado en la elaboración de productos de maquillaje natural como coloretes, sombras, labiales, henna, laca de uñas y delineadores.

Aceite caléndula

La Caléndula officinalis o maravilla pertenece a la familia de las Compuestas y es típica de la región Mediterránea. Florece casi todo el año y son los capítulos florales, de un vivo color anaranjado, los que se utilizan con fines terapéuticos. Contiene principalmente flavonoides,
saponósidos y alcoholes triterpénicos, carotenoides, polisacáridos, ácidos fenólicos, cumarinas y aceite esencial. Se le atribuye una notable actividad antiinflamatoria, antiséptica, antiespasmódica, emenagoga, colerética y cicatrizante.
El aceite macerado de flores de caléndula es excelente para pieles secas, delicadas y sensibles.
Muy empleada en niños y ancianos por sus propiedades dermoprotectoras. Acelera notablemente la curación de heridas, quemaduras, picaduras de insectos, dermatitis, irritación, eccemas y vulvovaginitis.


Aceite de Gordolobo y Oreja de oso

Oleomacerado de las flores de Verbascum thapsus y las hojas de Ramonda myconi.
El Gordolono o Verbasco (Verbascum thapsus) es una planta de origen europeo que se caracteriza por hojas pilosas, largo tallo floral con pequeñas y vistosas flores amarillas. Las flores contienen mucílagos, iridoides, saponósidos y flavonoides. Presentan actividad antiespasmódica, antiinflamatoria, analgésica y antiviral. Se utilizan vía interna para tratar afecciones de las vías respiratorias.
De nombre botánico Ramonda myconi, La oreja de oso es una planta propia del Pirineo catalán y aragonés. Por sus propiedades antitusivas, expectorantes y balsámicas se emplea para tratar resfriados y estados gripales. Se le atribuye una actividad antiinflamatoria y calmante, vía externa se emplea para aliviar afecciones que cursan con inflamación.
El aceite macerado con hojas y flores de Oreja de oso y Gordolobo presenta una acción calmante, astringente y antiinflamatoria. Está especialmente indicado para paliar las molestias de hemorroides, quemaduras y sabañones.


Aceite de Hipérico

El Hipérico (Hypericum perforatum), Corazoncillo o Hierba de San Juan es una planta endémica de Europa, aunque la podemos encontrar distribuida en otras zonas del mundo.
Tradicionalmente se ha utilizado como cicatrizante y antibacteriano, en la actualidad su principal interés se debe a su efecto antidepresivo.
El aceite de hipérico se considera un excelente cicatrizante. Por sus propiedades antisépticas ayuda a reducir el riesgo de infección en heridas. Se emplea para tratar pequeños cortes, quemaduras o picaduras de insectos. Reduce la inflamación y activa la circulación de la sangre, lo que lo hace útil en caso de hemorroides. También conocido como “oli de cop” alivia el dolor y la inflamación en contusiones y golpes. Por sus características antioxidantes se emplea en todo tipo de tratamientos regeneradores. Favorece la salud de la piel en casos de acné, eccemas y psoriasis. Mitiga los hematomas, flebitis e hinchazón. Tiene efecto antiviral en uso tópico para herpes labial. Calma los dolores de cabeza, jaqueca o migraña.


Aceite de Manzanilla

Las flores de Manzanilla son bien conocidas por sus propiedades antiinflamatorias, antiespasmódicas y analgésicas. En forma de infusión se emplean para tratar trastornos digestivos, gases, náuseas, cólicos e indigestión. En forma de compresas pueden aplicarse para tratar algunos casos de conjuntivitis e inflamaciones de la piel. Aporta relajación y calma, se incorpora en muchos preparados herbales para ayudar a conciliar el sueño.
El oleomacerado de flores de Matricaria chamomilla presenta una acción relajante y antiinflamatoria. Especialmente indicada en cólicos infantiles y dolores abdominales, aplicados en forma de suaves masaje circulares en sentido horario. Excelente remedio para el acné, eccema, psoriasis y piel irritada. Adecuado para todo tipo de pieles. Muy útil para evitar la infección y la irritación cutánea si se aplica después de la depilación.


Aceite de Ruda

La ruda (Ruta graveolens) es un arbusto de un metro de altura, perenne, con hojas ovaladas
verde-grisáceas con numerosos puntos translúcidos. No se recomienda su uso interno porque puede resultar tóxica. En América del Sur se considera una planta protectora que aleja las fuerzas negativas y proporciona suerte y éxito. Es frecuente encontrarla en jardines de las casas y de las iglesias.
El oleomacerado de las flores de ruda presenta una acción venotónica, vasoprotectora y rubefaciente. Indicado en dolores osteoarticulares, en contusiones sin herida y en unturas externas sobre el oído cuando hay problemas de falta de riego sanguíneo que se manifiesta en forma de acúfenos (ruidos) o ligera sordera.
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