Higiene nasal y remedios naturales
Publicado en03/06/2014
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Una buena higiene nasal practicada con regularidad aporta muchos beneficios para la salud. Por citar algunos, refuerza la función defensiva de las mucosas, mejora el drenaje lagrimal, previene resfriados y reduce la respuesta alérgica por desensibilización de las mucosas. Una buena higiene nasal también alivia la otitis (especialmente en niños) y estimula el funcionamiento de las glándulas adenoides y las amígdalas. Por otra parte, la higiene nasal mejora las funciones auditivas, olfativas y gustativas, produce un bienestar general, despeja la cabeza y, por consiguiente, aumenta la capacidad mental.
Funciones de la mucosa nasal
La nariz, junto con la boca, es la puerta de entrada más importante del organismo. A través de ella penetra el aire que después de atravesar varios conductos llega a los alveolos pulmonares y, desde allí, se obtiene la energía necesaria para que nuestro cuerpo realice todas sus funciones vitales. La mucosa nasal, membrana que tapiza las fosas y conductos nasales, tiene tres funciones principales:- Filtrar y limpiar el aire.
- Acondicionarlo para que llegue a los pulmones con la humedad y temperatura adecuadas.
- Actuar como organismo sensorial para la captación de olores.
- La mucosa fabrica el moco que recubre los conductos respiratorios con una fina capa. El moco captura impurezas y es capaz de destruir numerosos gérmenes que hay en el aire.
- El movimiento de los Cilios (estructuras microscópicas en forma de pelo), que arrastra el moco hacia la faringe para ser neutralizado después en el aparato digestivo.
- Una red linfática interna fabrica los macrófagos, células especializadas en destruir los microbios que puede contener el aire respirado.
Tratamientos naturales para una buena higiene nasal
- Calor húmedo. Se trata de respirar vahos. En un litro de agua, hay que añadir tres cucharadas soperas de una mezcla de plantas antisépticas, balsámicas y descongestivas: la Tisana Vahos, baños nasales y gargarismos, compuesta por eucaliptus, yemas de pino, romero, espliego, gordolobo y manzanilla de Mahón. Recogemos el vaho aspirándolo y buscando su impacto sobre la zona nasal. Una vez realizada la inhalación, hay que colar un poco de agua en una taza, añadiendo una pizca de sal. Cuando el agua de la taza está templada, es el momento de hacerse un baño nasal durante 1 o 2 minutos, ya sea directamente o con la ayuda de una lota. En caso de que haya mucosidad en el cuello o aparezca carraspera, habrá que colar una pequeña cantidad del agua sobrante de los vahos, añadirle un poco de zumo de limón y hacer gargarismos.
- Aceite nasal descongestivo. Se elabora con una mezcla de plantas muy similar a la que hemos utilizado para hacer los vahos. En un pequeño cazo de cerámica, hay que incorporar 50 gramos de la mezcla, cubriéndola con aceite de oliva de primera presión. Es necesario hervir la mezcla al baño maría durante 15 minutos y después dejarla reposar 12 horas. Luego habrá que colarla y guardarla en un frasco de vidrio opaco bien cerrado y resguardado de la luz. Con la ayuda de algodón o con una varilla, se pueden aplicar toques de este aceite en las fosas nasales 2 o 3 veces al día. Es un aceite que puede utilizar toda la familia (tanto bebés como personas mayores). El aceite nasal descongestivo lubrifica e hidrata los conductos nasales, facilitando la respiración, y nos protege de agentes externos (ácaros, polen, humedad, etc.).
- Agua de mar. Con el agua de mar aceleramos los procesos curativos, drenando y descongestionando las vías respiratorias. Se puede aplicar de muchas maneras, desde la más clásica a través de una lota, hasta fórmulas más avanzadas como son la ducha, el aerosol o la pulverización.
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